SAÉNZ ARMA SU NUEVO GABINETE PROVINCIAL: Camacho y Jarsún, las dos piezas clave del futuro gabinete salteño
Mientras el gobernador Gustavo Sáenz avanza en la reconfiguración más profunda de su gestión desde que llegó a Grand Bourg, dos nombres sobresalen en el nuevo esquema de poder: Sergio Camacho y Nacho Jarsún. Ambos representan perfiles distintos pero complementarios, y juntos podrían definir el rumbo político-administrativo de Salta en los próximos años.
La renuncia puesta a disposición por todos los ministros abrió la puerta a un rediseño total del gabinete. Pero esta vez el movimiento va más allá de una simple renovación de nombres: implica una reorganización estructural del Estado, menos ministerios, más concentración de responsabilidades y un gabinete más compacto y estratégico.
Sergio Camacho: el eje técnico-político del nuevo ciclo
El actual ministro de Infraestructura, Sergio Camacho, es el nombre más fuerte para asumir la Jefatura de Gabinete. Su llegada a ese puesto tendría un significado claro: consolidar un centro de gravedad dentro del Ejecutivo, donde la obra pública, la planificación y la coordinación administrativa se articulen desde un mismo núcleo.
Camacho es, desde hace tiempo, una de las figuras más sólidas del gabinete. Su perfil técnico, su capacidad de gestión y su rol clave en obras estratégicas lo posicionan como el funcionario ideal para centralizar decisiones en un gobierno que busca ser más ágil y eficiente.
Con Camacho en la Jefatura de Gabinete, el mensaje es evidente:
la gestión será el motor de la segunda etapa del gobierno de Sáenz.
Nacho Jarsún: el puente político y territorial que necesita la Provincia
Mientras Camacho se perfila como el referente técnico-administrativo, Nacho Jarsún aparece como la pieza política que completa el esquema. Su nombre suena con fuerza para ocupar el Ministerio de Gobierno, un rol que exige diálogo, territorio y capacidad de articulación con los intendentes.
Jarsún, con su paso por Aguas del Norte, su experiencia legislativa y su presencia territorial en Rosario de Lerma y el Valle de Lerma, representa el perfil que el gobernador necesita para fortalecer la pata política de la gestión. Su llegada permitiría al gobierno recuperar cercanía con municipios, optimizar respuestas y consolidar un vínculo más directo entre el Ejecutivo y la ciudadanía.
Si Camacho ordena la gestión, Jarsún sostiene el territorio.
Un gabinete más chico, pero más estratégico
El futuro gabinete apunta a reducir ministerios y unificar funciones, movida que busca eficiencia en un contexto económico complejo. Esta reorganización exige funcionarios de alta confianza y con capacidad de manejar áreas amplias.
En ese marco, la dupla Camacho–Jarsún representa un equilibrio clave:
- Camacho: técnica, planificación, obras públicas, ejecución.
- Jarsún: política, articulación con municipios, diálogo, territorio.
Es una combinación que le permite al gobernador ordenar la administración hacia adentro y fortalecer la presencia del gobierno hacia afuera.
Riesgos y desafíos del nuevo esquema
El diseño es ambicioso, pero no está exento de desafíos:
- La concentración de poder en pocas figuras exige coordinación fina y transparencia.
- Reducir ministerios puede agilizar, pero también generar tensiones internas.
- Camacho y Jarsún tendrán que equilibrar técnica y política sin superponerse.
- El contexto social y económico demandará resultados visibles en poco tiempo.
Aun así, el gobierno parece decidido a avanzar con una estructura que priorice capacidad de respuesta y eficiencia.
Un nuevo mapa de poder en Grand Bourg
Si se confirma este armado, el gobernador Sáenz se encamina a un gabinete donde dos hombres de su plena confianza ocuparán roles centrales:
- Sergio Camacho, como cerebro de la gestión y coordinador del Estado.
- Nacho Jarsún, como operador político y nexo territorial.
Su presencia conjunta no solo ordena la estructura interna del gobierno, sino que define la impronta del nuevo ciclo:
un gobierno más compacto, más técnico, más territorial y más orientado a resultados.
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